CRÓNICA N°1:
ENAMORÁNDOME
DE MISMA
Estábamos caminando por el centro de la ciudad cuando de repente mi
amiga-Yadhira- me preguntó- ¿Qué es el amor? A lo que respondí- ¿Amor? Muchas
veces me he preguntado si hay una definición exacta para describir el amor.
Tengo 20 años y sé que el amor es un sentimiento que no se debe entregar a
cualquiera. Debemos seleccionar quién merece nuestro cariño para luego no salir
lastimados o lastimadas por un amor no correspondido.
Yo siento que la mejor manera de ser feliz con alguien es aprender a ser
feliz sola. Así la compañía es una cuestión de elección y no una necesidad. 
Camino a casa me preguntaba si alguna vez había amado de verdad. Pensaba y
pensaba hasta que descubrí que tengo varios amores muy importantes en mi vida
como, por ejemplo, el amor de Dios, de mi familia, el de mis mascotas y el más
importante el amor que me tengo a mí misma. 
También creo en las relaciones amorosas, a las mías les llamo amores pasajeros.
Recuerdo a las tres personas con las que compartí momentos felices, tristes e
inolvidables, pues formaron parte de mi vida y es inevitable hablar de ellos en
un tema como este.
Aprendí a valorar a las personas que me amaban, que no solo lo decían sino
también me lo demostraban. Quererse a una misma es considerarse digna de lo
mejor, fortalecer el autorrespeto y darnos la oportunidad de ser feliz por el
solo hecho de estar viva. El amor propio es una de nuestras posesiones más
valiosas y un arma poderosa para combatir la depresión y la ansiedad.
Cuando me volví a encontrar con mi amiga le dije: El amor para mí es
querer, no en el sentido de buscar amor sino el quererse y no tratar de cambiar
para sorprender a alguien; cuando una persona te quiero no hay necesidad de
cambiar; en pocas palabras el amor empieza en una misma. A lo que ella me dijo:
¿No piensas volver a enamorarte? Claro que sí, pero por ahora estoy
enamorándome de mí misma, aprendiendo a valorar cada uno de mis defectos,
virtudes y sobre todo enfocada en mis estudios. 
   UN VIAJE NO PLANEADO
Llegó el último año de la etapa del colegio por fin terminaba y cerraba
este ciclo; los padres de familia habían tenido una reunión donde decidieron
que tendríamos viaje y baile de promoción; pero por esos tiempos yo tenía
problemas con la mayoría de mis compañeras, el problema fue en el mes de julio
porque desenmascaré a las falsas amistades que apuñalaban por las espaldas así
que, de hablarme con todas, ya no hablaba con nadie. 
Mi madre Verónica llegó a casa emocionada-me dijo-van a irse al Cusco – A
lo que respondí: ¿Irse? -Yo no quiero ir, no me hablo con nadie y me sentiré
incómoda. Fue tanta la insistencia de mi mamá y de mi papá que decidí realizar
mi viaje de promoción. 
No me arrepiento de la decisión y le doy gracias a mis padres por insistir
tanto. No era necesario hablar con alguien, admirada la belleza de la hermosa
ciudad, era como un sueño hecho realidad, ni bien descendí del avión
me había propuesto pasarlo de maravilla; no deseaba ver caras largas y mucho
menos amargarme por personas que ni sumaban ni restaban en mi vida, al fin al
cabo ya no las vería.
Fue un viaje inolvidable, me quedé con demasiadas ganas de conocer más lugares,
mi prima Cynthia ya me había contado acerca y mostrado fotos sobre la bella
ciudad del Cusco, pero una cosa es estar presente y otra muy diferente que
alguien te lo cuente. 
No era la única que no hablaba con nadie, en ese viaje conocí a una
verdadera amiga su nombre es Fabiola con quién a pesar de los años seguimos en
contacto. Me acerque a ella porque estaba muy triste y llorando; ella sentía
que nadie la quería y porque nadie le hablaba, a mí la verdad me daba igual.
Nos tomamos muchas fotos y sobretodo compartimos momentos juntas.
Fue una experiencia que nunca olvidaré y ese viaje me dejó una gran
lección, es mejor tener pocas amistades verdaderas a estar rodeada de falsas,
el obedecer a mis padres, disfrutar de las maravillas que el mundo te ofrece y
sobre todo a que puedes compartir tus viajes a través de fotos, poniendo a
futuro en tus planes algún día volver a conocer más lugares. 
UN
AÑO DIFERENTE
La llegada del COVID-19 ha cambiado por completo nuestras vidas, este
año es diferente al resto, ya que vivimos encerrados en nuestras casas, el
convivir con nuestras familias no es fácil, extraño salir a caminar a las
calles de mi hermosa ciudad de Arequipa. 
Extraño la vida de antes, el llevar clases virtuales es algo nuevo para
todos, sobre todo para mi familia, puesto que mi mamá Verónica es profesora,
para ella esta nueva modalidad no es fácil de manejar, me tocó enseñarle a
utilizar la tecnología, sabía que en algún momento tendría que aprender pero jamás
imaginé que sería de una manera tan brusca, también le afecto a mi hermano
Sebastian quién está cursando el 2do de secundaria, justo en esta etapa de
rebeldía y descontrol a la que llamamos la adolescencia, y del cual me dejaron
a cargo, y por último a mi Jennifer que curso mi tercer año de universidad. 
Quien diría que extrañaría salir de casa corriendo camino al paradero
para poder tomar la combi que me lleve hacia la universidad. Antes los
profesores nos pedían guardar silencio, ahora nos piden que hablemos, que irónica
que es la vida. Esta enfermedad nos demostró que no es bueno dejar las cosas
para después, es mejor actuar, abrazar a quienes queremos cada vez que sea
posible.
Personalmente a mí me enseñó a valorar lo que tengo, a no quejarme por
cosas materiales, tengo muchos amigos, amigas y conocidos que han perdido a sus
seres queridos y me parte el alma verlos tan tristes.
No hallo consuelo alguno, ni las palabras correctas para poderlos hacerlos
sentir mejor, jamás existirá un límite de edad para poder soportar el dolor de
perder a tus padres, teniendo en cuenta que no los volverás a ver, que ya no
podrás conversar con ellos o extrañar que te regañen.
Una noche vi a mi hermano Rodrigo triste, decaído y no sabía el porqué. Al
día siguiente me desperté, mi mamá entró a mi habitación y me dijo- te tengo
una mala noticia- a lo que respondí- ¿Qué pasó? (Últimamente estaba teniendo
pesadillas). Mi mamá me contestó con la voz entrecortada- el papá de la
enamorada de tu hermano falleció; no sabía que decir, no lo podía creer. 
No sabía si tenía que escribirle o no. No es fácil recordar y sobrellevar
la muerte de un familiar y mucho peor de alguno de tus padres, sentía una
necesidad de llorar; como un nudo en el corazón que no asimilaba su partida y
es difícil de creer.
Hay quienes traen al mundo una luz tan grande, que incluso después de
haberse ido esa luz permanece. A todas esas personas que perdieron a sus
familiares a causa de esta enfermedad tienen el consuelo de que alguien vela,
por ellos en el cielo.



 
Tuve diferentes sentimientos a leer cada una las cuales me dejaron una gran lección.
ResponderEliminarQue interesantes y agradables historias, sigue así Jenni!
ResponderEliminarQue bonito escribes. Me gustaría redactar como tu.
ResponderEliminarMe encantaron, y más el viaje no planeado. Eres un éxito :)
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