El día empezaba como cualquier
sábado, el día más esperado de la semana, tenía planeado salir con mi
enamorada, amor de mi vida, Princesita como solía decirle, Josceline, una dulce
mujer, alta, muy agraciada, extremadamente bella pero con un carácter
irascible. Con ella, sentía que la vida me había regalado una buena razón para
seguir en el constante ajetreo del día a día y no preocuparme por el estrés.
Últimamente habíamos tenido
problemas, el estrés del trabajo la tenía agobiada y no tenía el entusiasmo de
siempre. Era jefa de RR.HH. y era evidente el cansancio de fin de mes. No
entendía razones y mucho discutíamos. Josceline era mi otra mitad, esa persona
que crees que estará ahí, siempre para ti, 
y así fue por más de 7 años donde después de múltiples peleas nos
separamos y pusimos fin a una larga historia llena de experiencias y aventuras.
Pasé un año solo y pude conocer a
la que hoy en día es mi pareja, Sara puso ese toque de tranquilidad que
añoraba. No había peleas ni reclamos de ningún tipo. Me gusta estar con ella y
sentir esa tranquilidad que esperaba en una relación donde nadie te reclama por
no estar detrás de ella.  Lo que siento
no es igual y tampoco quiero que lo sea, aún hay algo de Josceline en mí y creo
que siempre lo habrá, mi vida puede seguir pero el recuerdo perdura.
Había pasado año y medio de
nuestra separación y era mi cumpleaños. Una llamada de un número desconocido
con voz entrecortada decía: “Hola Christian, soy Josceline”. No sabía que
decir. Mi corazón latió a mil, pero era una sensación de dolor, había pasado
por muchos rechazos y esta llamada logro, moverme el piso, como suelen decir. 
Volví a la realidad, no debía
seguir la conversación. Tenía una nueva vida y una relación estable. Hay
momentos donde debes permanecer fuerte y apegarte a tu felicidad, dejando el
engaño de un amor tóxico. Son 2 años que estoy con Sara y me siento feliz,
hemos experimentado muchas cosas y al día de hoy puedo asegurar que vamos por
buen camino. Ella siempre dice “Con calma niño”. 
Josceline es parte de mi pasado, Sara es mi presente y futuro. Al menos eso quiero
 
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