domingo, 23 de agosto de 2020

Crónicas

 

Peligros acechando en la cuarentena

Mi primo cumplió la semana pasada 21 años. Lo conozco desde toda la vida y saber que ahora tiene 21 es importante, porque ante el mundo y de manera legal es mayor de edad. Pero tener un cumpleaños en una pandemia no es tema fácil de tratar. Planeamos la fiesta desde inicios de año y un mes antes nos preguntamos si se llevaría a cabo.

Que ingenuo fue todo el mundo ante el peligro del coronavirus, pensar que se extendería por todo el planeta y obligara a todos a confinarnos en nuestras casas, como si fuéramos ladrones encarcelados o animales de zoológico, irónicamente ahora todos entendemos su situación. A mi primo siempre le gusta hacer fiestas algo extravagantes pero en este año era imposible.

Mi primo pensó en invitar a unos cuantos amigos de la U, colegio y conocidos del pueblo, una fiesta con música y mucha comida, claro que no podía faltar las bebidas alcohólicas, desde ron, Vodka hasta Jack Daniel’s. Una fiesta a todo dar. Por suerte para mi soy abstemio, solo disfrutaría de la comida.

La pandemia se extendía y todos sentíamos temor, era inevitable, hablé con mi primo, estaba preocupado, la fiesta estaba en peligro. Meses después la situación se complicó, todo el mundo cerró sus puertas y por suerte había regresado a mi casa lejos de la ciudad, y mi primo también. Al parecer la fiesta se canceló.

Unos días antes de su cumpleaños me llamó y me preguntó si podía ir a su casa por su cumpleaños, y por suerte para mí, vive a dos casas de la mía, acepté. Fui muy precavido usando mascarilla y gel en las manos, a pesar de que vivo en una zona de campo.

Para mi sorpresa había preparado una pequeña parrilla y su mejor amigo y amiga lograron venir, compartimos una tarde agradable, con precaución por supuesto y al final de toda la planeación e ideas, solo se hizo una parrillada casera con amigos cercanos.

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