Amores distintos 
Pueden pensar que mi
amor por la comida es extraño, pero alguien que no ha triunfado en el amor con
otras personas, enamorarse por la comida era algo inevitable para mí. Eran las 7 de la noche y me preparaba para mi
cita, usé una camisa que estaba reservando para una ocasión especial y unos
jeans, a pesar de que no me vestía de la manera más elegante para los demás,
para mí era lo correcto y me sentía cómodo. Estaba nervioso, ansioso, tenía la
garganta seca, el estómago hecho un nudo, obviamente por el hambre, después de
tanto tiempo, volvería a sentir todo lo que me provocaba, aquel restaurante, es
una lástima que no recuerde su nombre.
Caminé
unas cuadras desde mi casa, hacia algo de frío, debí haber traído, un bléiser o
una chaqueta, no importaba. Llegué a la avenida, tomé un taxi, le di las
indicaciones y mientras el conductor manejaba por su ruta, me recosté en la
ventana… veía a la gente caminar, y como algunos comían en la calle y otros
ingresaban a los restaurantes, esbozaba una sonrisa, mientras imaginaba el
olor, la sensación, el sabor de lo que me esperaba a mí.
Después de unos 10
minutos llegué a la puerta del restaurante, pagué al taxista, y en la puerta me
esperaba un mozo, me acomodó en una mesa y me entregó la carta del restaurante,
rápidamente busqué la sección de carnes, y ahí estaba… el plato y la razón de
mi cita, el especial de parrillas. Parrilla de Chuleta de Cordero, Chuleta de
Cerdo, Pollo a la Parrilla, acompañado de dos chorizos, más la guarnición de
papas y ensalada de betarraga, era todo lo que pedía.
El mozo trajo mi comida:
olí, era perfecto, observé como la grasa jugaba en la carne dándome a entender
que lo habían sacado hace poco de la parrilla, estuve en trance por varios
minutos, reaccioné, cogí tenedor y cuchillo y empecé a comer, era uno con la
comida, cada bocado era una sensación placentera, jadeaba por lo caliente que
estaba, todo esto pasó en cuestión de unos 15 minutos pero para mí fue más que
horas, el tiempo no importaba, no pensaba en eso, lo único que podía razonar
era lo bueno que estaba la carne.
 
 
No hay comentarios:
Publicar un comentario