viernes, 21 de agosto de 2020

DE UN DESIERTO

 

DE UN DESIERTO

Desierto - Wikipedia, la enciclopedia libre

El embarazo de su pareja lo obligó a buscar trabajo sin haber culminado sus estudios. Solo él sabe que cosas lo obligaron a seguir en tan largos viajes de juventud; el desconcierto o el temor. La doliente ciudad de Arequipa que hace más de 20 años no le regalaba la dicha de poder encontrar un trabajo bien remunerado lo obligó a buscar su destino en otros lugares.

Enn ese entonces joven de contextura delgada, ojos negros y tristes, cabello negro chillo y ahora señor de piel amarilla que se acentúa notablemente en su rostro, más bien con un ligero sobrepeso que acompaña las primeras luces de sus cabellos blancos, es mi padre, que ahora, me cuenta otra vez aquellas anécdotas pasadas, con algo más de entusiasmo y melancolía, que tristeza.

Entre los viajes de mochilero sin dinero en el que lo acompañó un amigo igual de joven, al que llamaban “el flaco” por su esquelética y desgraciada contextura. Llegaron a muchos valles en donde trabajaron, en la cosecha de arroz, en la pesca de trucha en los ríos y en el cuidado de ganado en alguna granja también. Pero fue el desértico paisaje de Mollehuaca, la escasa población y abundante trabajo de este alejado pueblito, lo que acogió permanentemente en la provincia de Caraveli a mi padre.

El cariño a aquel pueblito prevalece en él, y el trabajo que le ofrece aquel casi desierto lo obligan a viajar 8 horas de Arequipa a Mollehuaca una y otra vez cada 4 meses, para visitarme a mí y mis hermanas. Ahora al ver aquel pueblo cada vez más viejo cómo mi padre, entiendo el apego por el primer lugar que lo hizo sentir como en casa.


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