Son las 6 de la mañana y empieza el día, tratas de abrigarte ante el frío característico de Arequipa, tu cabeza da vueltas y tus ojos parecen que van a explotar, te sientes débil, haces el mínimo esfuerzo y es como correr una maratón, eso es tener coronavirus, una enfermedad que le puede dar a cualquiera pero que no todos la superan.
Todos los días son iguales, llenos de pastillas la cuales tengo que tomar a diario, unas tres o cuatro por jornada, todos los días un mate o la sopa del día, sentirte inútil porque no puedes tocar las cosas ni mucho menos salir de tu cuarto, pero eso no es lo peor, lo peor es no poder jugar con Ximena mi hermanita, no poder abrazarla es lo que más me afecta, duele no estar cerca de ella y disfrutar momentos jugando o viendo alguna que otra película.
Esa pequeña niña, ha sido mi luz desde que llegó a mi vida y desde ese momento no he dejado de pasar todo el tiempo con ella. Este tiempo de espera para salir de todo esto es agotador, deseo poder salir nuevamente para estar con mi familia, jugar de nuevo con mi princesa. Algunos expertos dicen 15 días otros piden un mes y el no saber que hacer, es un problema día con día que empeora poco a poco.
La soledad y es aislamiento empeoran poco a poco la paz mental que necesito. Te sientes atrapado y sin salida, es así en estos días, hay que tener suerte para no estar pasándola peor, muchos lloran la pérdida de un familiar, de un amigo o de un colega. Día con día esto empeora solo nos queda esperar que acabe este infierno.
 
 
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