martes, 18 de agosto de 2020

MEJORANDO MALOS RECUERDOS

—Vamos a ir a Cusco en febrero— Soltó mi mamá de una manera tan abrupta que no pude evitar soltar de golpe un “¿otra vez?”, ya habíamos viajado a Cusco en febrero del 2019 y ahora lo haríamos de nuevo. No me molestaba, claro que no. Solo que, temía que las malas experiencias se repitieran.

Cuando viajamos el año pasado, perdimos el vuelo, tuvimos problemas con el hospedaje, hubo una huelga de agricultores que nos dejó varados en Urubamba, perdimos tours ya pagados, no compramos los boletos de tren y por ende tuvimos que formar largas colas para alcanzar a ir parados o sentados en el suelo durante las dos horas y media de viaje. Claro que todas estas malas circunstancias no habían estropeado del todo nuestra experiencia, pero nos dejó un sabor agridulce. Tal vez, por ello, mi madre quería repetir aquella experiencia. Quería mejorar aquellos malos recuerdos.

Este año, madrugamos, no queríamos tropezar de nuevo con la misma piedra. Pero, cuando pensamos que ahora este viaje sería mejor algo retumbó en mis oídos:

—Señores pasajeros, les habla el capitán del vuelo 2021, les informamos que por las condiciones climáticas de la ciudad del Cusco no podremos aterrizar. Tendremos que retornar a la ciudad de Lima. — Me preocupé y pensé que, tal vez, la historia se volvería a repetir.

Felizmente no fue así, ese fue nuestro único inconveniente durante este nuevo viaje familiar. Ahora, mi madre había preparado el viaje meticulosamente. Lo primero que hicimos cuando llegamos fue ir a la estación de trenes para comprar los boletos hacia la octava maravilla del mundo, nos alojamos en nuestro hospedaje, cada uno de los 7 días estaban programados, hasta tendríamos un día de descanso. Mi madre se había esmerado demasiado por mejorar este recuerdo y lo había logrado. 

Ahora, no hubo excusa para poder disfrutar de cada uno de los lugares turísticos que nos ofrece esta región. No hubo protestas, largas colas o tours inconclusos, salvo las lluvias propias de esa época, pero ¿podríamos quejarnos? Tal vez sí, pero no lo hicimos. Mi madre, ahora sí está satisfecha con su viaje al ombligo del mundo y cada uno de nosotros también, todo gracias a ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario